Sardinas fritas en ensalada, al estilo de la yaya Carmeta

Una forma muy original, sabrosa y diferente de preparar las sardinas, muy típica de la yaya Carmeta. Al menos yo la desconocía totalmente hasta que las comí así en casa de los abuelos maternos de mi marido, al comienzo de ser novios. Me sorprendió y gustó muchísimo, tanto que las suelo preparar muy a menudo porque gustan a todo el mundo. 

Esta es una de esas recetas familiares de las que desconozco su origen o el porque de prepararlas así, aunque supongo que era para que no se resecaran mientras llegaban todos, pero el caso es que quedan riquísimas hasta frías de la nevera, os lo aseguro, y en estas fechas calurosas caen divinamente.

Vamos con la receta.

Ingredientes:

Un kilo de sardinas de la costa mediterránea. Son más pequeñas, menos grasas y muy sabrosas. Además de que huelen menos que las de fuera y eso también es importante...Jejeje

Harina para freír pescado.

Dos tomates maduros hermosos y prietos.

Una o dos cebolletas hermosas.

Aceite de oliva virgen extra.

Vinagre de manzana o zumo de limón. Ingredientes:

Sal.

Preparación: 

Lavamos las sardinas con agua fría, las escurrimos bien, las sazonamos y dejamos unos minutos que tomen la sal. Si nos parece les quitamos las vísceras, pero de este tamaño no suelo hacerlo nunca pues apenas tienen nada y se les suele retirar fácilmente al freírlas o asarlas como los espetos. Lavamos los tomates, los cortamos en rodajas, aliñamos con abundante aceite de oliva, un chorrito de vinagre o zumo de limón, un poco de sal y reservamos. Pelamos y cortamos en pluma las cebolletas, las aliñamos al igual y reservamos.

Ahora vamos enharinando las sardinas quitándoles el sobrante de harina y las freímos por tandas en abundante aceite de oliva bien caliente. Las vamos sacando a una fuente con papel de cocina y a continuación las pasamos a una fuente, cuando tengamos la fuente llena les ponemos una capa de cebollas, otra de tomates, un poquito del jugo del aliño y continuamos así hasta acabar con todas, terminando con una capa de cebollas y tomates y el resto de los aliños.

Servimos inmediatamente o bien las dejamos enfriar, pero siempre acompañadas de un buen pan blanco y porque no, una cervecita bien helada o un vino blanco muy frío y ya las tenemos listas para disfrutar!!!

Espero que os guste!!!

Bon profit..!!!