Esta receta de hoy es muy sencillita, rápida y saludable, al mismo tiempo que muy gustosa. Y es que me encanta renovar o darles una vuelta más a platos que suelo preparar muy a menudo y aportarles un toque nuevo. Y si salen ricos, ricos, son una auténtica delicia que os recomiendo y os hará quedar divinamente con vuestra familia o invitados.
El cazón o caella en catalán, es uno de mis pescados favoritos, que como muchos de vosotros sabréis, es un tipo de tiburón que no llega a medir más de un metro o algo más y muy tradicional en la cocina andaluza y catalana. Su textura se parece mucho a la del rape y cuando es muy fresco como este, cuanto menos ingredientes lleve mejor se aprecia su sabor.
Normalmente se suele preparar en amarillo, estofado con patatas, con tomate o adobado, pero esto último se hace más que nada cuando no es demasiado fresco para ocultar su fuerte olor, o para conservarlo más tiempo, ya que el adobo andaluz, suele llevar vinagre y varias especias que funcionan como conservantes naturales, además de que enmascaran los olores y sabores, aunque si es recién hecho y fresco está divino.
No me enrollo más y vamos con la receta.