Los asados en casa nos encantan y a mi todavía más, porque además me dan tiempo para otras cosas y eso siempre se agradece. Esta receta se me ocurrió hace años, cuando se puso tan de moda cocinar con cerveza, me dio por probar con muchas carnes.
Después con los años, me he enterado que la cerveza reblandece las carnes, de ahí el éxito que ha tenido en múltiples preparaciones. Aparte del rico sabor que les da.
Y hace unos días me dio por hacer estas riquísimas las costillas de ternera, tan ricas que mi familia me pidió que las haga más a menudo. Las adobé como siempre lo hacía mi madre con las carnes de caza, salvo por la cerveza que ella no ponía y quedan divinas!!!
Después con los años, me he enterado que la cerveza reblandece las carnes, de ahí el éxito que ha tenido en múltiples preparaciones. Aparte del rico sabor que les da.
Y hace unos días me dio por hacer estas riquísimas las costillas de ternera, tan ricas que mi familia me pidió que las haga más a menudo. Las adobé como siempre lo hacía mi madre con las carnes de caza, salvo por la cerveza que ella no ponía y quedan divinas!!!
Os puedo asegurar que quedan deliciosas, se deshacen en la boca. Ni mis hijas hacen ascos a la grasita, porque queda tannnn rica y amorosa, que es un disfrute.
Ingredientes:
Dos kilos de costillas de ternera gorditas.
Una cebolla grande.
Dos zanahorias.
Media cabeza de ajos.
Un par de hojas de laurel.
Un par de ramas de romero.
Un par de ramas de tomillo.
Una cucharadita de orégano.
Una cucharadita de pimienta negra en grano.
Una cucharadita de pimienta negra en grano.
Un litro de cerveza.
Medio vasito de coñac.
Aceite de oliva virgen extra.
Pimienta de molinillo.
Perejil.
Sal.
Preparación:
Lavamos las costillas, secamos y las ponemos en un taper o cazuela honda y amplia. Cortamos la cebolla groseramente, pelamos, lavamos y cortamos en rodajas gruesas las zanahorias y las ponemos encima de la carne, junto con las hierbas frescas, las secas y los ajos con piel y tronzados. Añadimos la cerveza, el aceite de oliva virgen y removemos. Dejamos reposar tapado en el frigorífico al menos 24 horas.
Pasado ese tiempo, precalentamos el horno a 220º. Escurrimos y salpimentamos las costillas y disponemos en una fuente de horno, junto con todo el adobo y otro chorrito de aceite de oliva virgen. Metemos al horno durante 1.30 horas aprox., bajando la temperatura a 170º-180º, según el horno, dándoles la vuelta y regándolas con el jugo de vez en cuando. A media cocción las rociamos con el coñac.
Cuando estén tiernas, las ponemos con la grasa hacía arriba y ponemos el grill, para que queden crujientes. Cuando lo estén, las sacamos y reservamos al calor. Pasamos la salsa por el pasa purés o el chino, retirando antes las hierbas.
Servimos bien calientes, ponemos de guarnición lo que más nos guste, pero como es un plato contundente, acostumbro a ponerle arroz cocido y/o patatas fritas, como en este caso, para que cada uno elija. Y ya las tenemos listas para disfrutar!!!
Espero que os guste!!!
Bon profit..!!!
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