Este es unos de mis platos de caracoles favoritos y muy típicos de mi tierra catalana especialmente de Lleida, donde los preparan como nadie. Los amantes de los caracoles que no los hayan probado no saben lo que se pierden, pues son absolutamente exquisitos.
Esta es la receta que yo preparo, pues la original es con los caracoles asados vivos, previamente purgados unos días y lavados, aunque normalmente están super bien cocinados, los he probado en algunos sitios con mucha baba y no me han gustado nada.
Pero yo hasta día de hoy, no me he atrevido a hacerlos de ese modo por si acaso, los cuezo primero unos 10 minutos o bien los compro congelados y ya cocidos, como en esta ocasión. Aunque alguna vez tendré que intentar hacerlos tal como deben ser.
Pero yo hasta día de hoy, no me he atrevido a hacerlos de ese modo por si acaso, los cuezo primero unos 10 minutos o bien los compro congelados y ya cocidos, como en esta ocasión. Aunque alguna vez tendré que intentar hacerlos tal como deben ser.
El tipo de caracol que se utiliza para este plato es el Bovè/Burgado, es más grande y carnoso y su concha más oscura y dura. Pero son más difíciles de encontrar y acostumbro a utilizar cabrillas, que son más accesibles y también quedan muy ricas y sabrosas.
Y como en mi casa los caracoles no los quieren cocinados de ninguna manera, estas cantidades son para una o dos personas, osea para mi solita...Jejejee
Venga, vamos con la receta.
Venga, vamos con la receta.