Bunyols de L'Empordà o Buñuelos del Ampurdán

Los ingredientes de la receta son los originales de los buñuelos típicos del Ampurdán, pero como en casa nos les hacen gracia con el agujerito, que es como se suelen hacer allí, pues apa, redonditos. 

Se trata de una receta muy sencilla que encontré hace muchísimos años en un libro de recetas catalanas de siempre y que en su sabor me recordaron bastante a los tradicionales pestiños sevillanos. Desde entonces, suelo hacerlos dos o tres veces al año, no más, porque son muy calóricos, pero ¡¡divinos! para acompañarlos de un buen chocolate a la taza! jejeje.

No pensaba publicar esta receta, pues no quedé muy contenta con las fotos que nos les hacen nada de justicia, pues son superesponjosos y no se aprecia.

Y vamos con la receta.

Ingredientes:

(Con estas cantidades salen aprox. 4 docenas y no son pequeños).

Medio kilo de harina de fuerza.
Medio vaso de leche.
Un cuarto de vaso de Vichy u otra agua bicarbonatada.
Medio vaso de aceite de girasol, lo tradicional era la misma cantidad de manteca blanca de cerdo.
Una copa de anís.
Una cucharadita de postre de matalauva.
La ralladura de un limón y la piel de otro.
Un sobre de levadura tipo Royal o mejor 25 gr. de levadura fresca de panadero. Lo tradicional eran sobres de gaseosa, pero aquí no se encuentran.
Una cucharada sopera de azúcar.
Tres huevos de corral.
Una pizca de sal.
Aceite de oliva suave o aceite de girasol para freírlos.
Azúcar y canela molida para rebozarlos.

Preparación:

En el bol de la amasadora ponemos todos los ingredientes y los amasamos hasta que se despegue de las paredes y quede una masa parecida al brioche, pero un poquito más floja. Formamos una bola y la dejamos reposar en un bol y tapada con papel film hasta que doble el volumen;a mi, como hace calorcito, me subió en poco más de media hora.

Pasado ese tiempo, ponemos una buena cantidad de aceite en una sartén honda y las pieles de limón, que le da al aceite un punto delicioso. Cuando haya tomado calor -pero no demasiado o nos quedarán crudos por dentro; podemos comprobarlo poniendo una porción de masa en el aceite y cuando suba a la superficie, el aceite estará en su punto-, retiramos las pieles de limón y comenzamos a freírlos en pequeñas porciones ayudados por dos cucharas. Aunque se darán la vuelta solos, hemos de tenerlos como un minuto por cada lado que queden doraditos pero no oscuros y no muchos cada vez o se enfría el aceite.

Los vamos sacando a una fuente con papel absorvente y cuando ya no quemen, los pasamos por una mezcla de tres cucharadas soperas de azúcar mezclada con una cucharada de postre de canela y los vamos disponiendo en una fuente. Cuando los tengamos todos podemos tomarlos todavía calientes o guardarlos en un taper hermético hasta el momento de servir ¡¡y ya los tenemos listos para disfrutar!!

Siempre digo porciones pequeñas, pero acabo haciendo buñuelos enormes y, si a veces cuando los hago suele sobrarme masa, si somos menos de los que pensaba, pues sin ningún problema: la tapamos bien y guardamos en el frigorífico, la sacamos una hora antes de freírlos removemos bien y lista, aunque es preferible hacerla toda de una vez. Una vez hechos podemos conservarlos divinamente unos tres días en un taper hermético.

¡¡Espero que os gusten!!
Bon profit!!