Hace tiempo que tenía ganas de publicar mi versión de esta receta tan tradicional y deliciosa de la cocina española, concretamente de la asturiana, como su nombre indica. Y es que como al menos aquí, todavía hace fresco y apetecen estos platos, he aprovechado para prepararlo, (lo siento Esteve, en cuanto regreses de Chequia la vuelvo a preparar, es que no pude resistirme y las nenas lo han agradecido!!!...jeejeje) aunque a nosotros el cuchareo nos apetece todo el año, bueno no a todas, hay algunas que se quejan en verano...jajajaa
Este plato es muy sencillo, tan solo necesita ingredientes de primera, mimo y tiempo, eso siempre es fundamental en la cocina, pero con algunas legumbres todavía más. Como casi todos los potajes y cocidos, se pone todo en crudo, sin sofritos vamos. Me he ajustado los más posible a como se suele hacer en Asturias, sin cebollas, ajos o pimentón, pero le he añadido unas hojas de laurel y es que me encanta, espero que le lo perdonen los más ortodoxos.
Para prepararla, necesitaremos unas buenas fabes/fabas asturianas, que son un tipo de judía blanca de piel muy fina, buen tamaño y mucha untuosidad, que toman los sabores divinamente, un buen compango que no es otra cosa que chorizo, morcilla y lacón o panceta de la misma tierra y con muy poco más, obtendremos un plato exquisito y muy contundente, para que nos vamos a engañar, pero un día es un día!!!
Ingredientes para 4 ó 6 personas:
500 gr. de fabes/fabas de calidad y a poder ser de las grandes, vale la pena.
Dos morcillas asturianas, yo le puse una y otra de cebolla.
Dos chorizos asturianos.
Un trozo de panceta curada asturiana.
Un trozo de lacón, o en su defecto jamón serrano de calidad y desalado, o un trozo de panceta ahumada carnosa , como fue en mi caso.
Un pellizco generoso de azafrán en hebras.
Tres cucharadas soperas generosas de aceite de oliva virgen extra.
Dos hojas de laurel.*Opcional.
Agua mineral.
Sal.
Preparación:
La víspera lavamos las judías/fabas y las ponemos en remojo con abundante agua fría mineral y una cucharadita de rasa de bicarbonato, cubrimos bien y las dejamos reposar al menos 12 horas. Una vez pasado ese tiempo, las escurrimos y enjuagamos bien y las ponemos en una cazuela amplia a poder ser de hierro. Les añadimos la panceta, el lacón, los chorizos y las morcillas, las cubrimos lo justo con agua y ponemos la cazuela a fuego bajo-medio.
Cuando comiencen a hervir las espumamos bien, que no quede ninguna impureza y las asustamos con un vaso de agua fría, esto lo haremos dos veces más. Incorporamos el resto de ingredientes menos la sal y dejamos cocer tapadas y a fuego muy lento, que tan solo borboteen, de vez en cuando sacudimos la cazuela con mimo, para que todo se vaya cocinando por igual. Cuando veamos que las morcillas ya están hechas, las sacamos y reservamos, también podemos ponerlas unos minutos antes de finalizar la cocción, pero a nosotros nos gustan más así.
Tardarán en hacerse aproximadamente dos horas en total o algo más según el tipo de agua que utilicemos, cuando estén tiernas y bien cremosas, añadimos la sal, y las morcillas reservadas, sacudimos la cazuela, tapamos y dejamos hacer cocer unos minutos más. Después apartamos y dejamos reposar al menos una hora, de este modo nos quedarán super gustosas y con un caldito muy bien ligado.
Servimos bien calientes, junto a un buen pan blanco y si apetece le van divinamente unas piparras, olivas partidas u otro encurtido que nos apetezca y ya las tenemos listas para disfrutar!!!
Espero que os guste!!!
Bon profit..!!!
Como asturiana te digo que tiene muy buena pinta, sólo si me permites un consejo, pon el lacón e incluso el tocino a remojo el día anterior o puede resultar salada la fabada.
ResponderEliminarGracias, me alegra que te guste y el consejo!!! Siempre suelo poner el lacón en remojo, pero como en esta ocasión no lo lleva, ni lo he mencionado.
EliminarBesos y feliz semana santa!!!!