Carquinyolis / carquiñolis

Los carquinyolis o carquiñolis son uno de los dulces más tradicionales de Catalunya,  y podemos encontrarlos muy similares en Las Baleares y en Valencia bajo el nombre de rosegons o rosegones. Este rico pan dulce y tostado después de hecho, es muy parecido también a los cantucci o cantuccini tradicional de la gastronomía toscana, aunque, según he leído, éstos no llevan ningún tipo de levadura, mantequilla o aceite. 

Dicen que los carquinyolis provienen de Italia y es cierto que su semejanza es muy grande a los cantuccini. Sea como sea, este sencillo dulce es totalmente adictivo, por su crujiente y ese sabor tan delicioso de las almendras crudas. Hay muchas recetas de carquinyolis, unos llevan vermouth, que puede ser blanco o rosso, pero yo he optado en esta ocasión por el anís dulce que me recuerda más a su sabor tradicional. 

Sin más dilación, vamos con esta sencilla y deliciosa receta.

Ingredientes para una barra de la que salen 22 carquinyolis:

100 gr. de almendras crudas con piel.

175 gr. de harina para repostería.

100 gr. de azúcar blanquilla.

La ralladura de la piel de un limón.

Un huevo mediano.

Una cucharadita de postre colmada de levadura en polvo{de repostería}.

Media cucharadita de café de canela molida.

Media cucharada sopera de anís dulce.

Un huevo y una cucharada sopera de leche desnatada o agua, para pintar.

Preparación:

Ponemos las almendras en remojo unos minutos, las escurrimos y reservamos. En el cuenco de la amasadora, ponemos el resto de ingredientes y amasamos durante 5 minutos a velocidad media.

Sacamos la masa a una superficie ligeramente enharinada, amasamos un poquito a mano, extendemos un poco y añadimos las almendras. Amasamos de nuevo para que se repartan, formamos una bola y dejamos reposar unos 5 minutos.

A continuación, formamos una barra larga que dispondremos sobre una fuente de horno con papel de hornear y la chafaremos un poquito con las palmas de las manos, para darle la forma tradicional. Batimos el huevo junto con la leche o el agua y procedemos a pintar la barra.

Introducimos la fuente en el horno, previamente precalentado a 180º, y la dejamos cocer hasta que esté doradita. Aproximadamente, unos 20 ó 25 minutos, según el horno.

Una vez dorada, la sacamos del horno y, cuando ya no queme, pero todavía esté caliente, vamos cortando rodajas de aproximadamente 2 cm. de grosor, que iremos disponiendo sobre la misma placa donde horneamos antes. Volvemos a meterlas al horno hasta que estén doraditas y bien secas por las dos caras, unos 10 minutos aprox. en total. 

Cuando estén, las sacamos y las ponemos sobre una rejilla hasta que estén bien frías. Entonces, ya podemos guardarlas en una lata hermética y con papel encerado, de este modo se conservarán divinamente más de una semana, ¡¡si es que duran!! ¡O bien disfrutar de ellos al momento!

¡¡Espero que os gusten!!

Bon profit!!