Carquiñolis de chocolate y almendras

Si los carquinyolis tradicionales están riquísimos, ¡¡éstos con chocolate están divinos!! Y, si no, que le pregunten a mi marido... Jajajaa. Los he preparado igual que éstos otros que publiqué hace unas semanas, pero añadiendo unos ingredientes y cambiando otros. El resultado ya lo véis, pero tenéis que catarlos porque están absolutamente deliciosos.

Éstos los preparé hace ya unos días, aunque me han pedido la receta para el evento mensual que organiza Noemí de TodoCookin. En esta ocasión para el #DíadeSanValentín, porque para mi gusto y el de mi gente, no nada mejor que un postre, desayuno o merienda de chocolate para agasajar a nuestro enamorado/a. 

Pues venga, vamos con la receta de este delicioso postre.

Ingredientes para una barra de la que salen 24 carquinyolis:

150 gr. de almendras crudas con piel.

175 gr. de harina para repostería.

100 gr. de azúcar blanquilla.

40 gr. de cacao puro en polvo.

La ralladura de la piel de un limón.

Dos huevos medianos.

Una cucharadita de postre colmada de levadura en polvo de repostería.

Dos cucharadas soperas de vainilla líquida.

Una cucharada sopera  de vino rancio o vermouth.

Una pizca de sal. 

Un huevo y una cucharada sopera de leche desnatada o agua, para pintar.

Preparación:

Como en la receta anterior, ponemos las almendras en remojo unos minutos. En el cuenco de la amasadora, tamizamos la harina, junto con la levadura, la sal y el cacao.

Añadimos los demás ingredientes y amasamos a velocidad media, durante 5 minutos. Sacamos la masa a una superficie engrasada con aceite de girasol; en esta ocasión, les puse harina y me quedaron blancos por debajo. 

Amasamos un poquito a mano, la extendemos y añadimos una parte de las almendras previamente escurridas. Doblamos y volvemos a amasar, extender e incorporar más almendras, así hasta acabarlas. Entonces, formamos una bola con la masa y la dejamos reposar 5 minutos.

A continuación, formamos una barra larga, que dispondremos sobre una fuente de horno con papel de hornear, y la chafaremos un poquito con las palmas de las manos, para darle la forma tradicional. Esta vez, la chafé menos y quedaron un poquito más redondas y se abrieron un poquito. 

Batimos el huevo junto con la leche o el agua y procedemos a pintar la barra. Introducimos la fuente en el horno, previamente precalentado a 180º, y la dejamos cocer hasta que esté doradita, aproximadamente unos 20 ó 25 minutos, según el horno.

Pasado ese tiempo, la sacamos del horno y, cuando ya no queme, pero todavía esté caliente, vamos cortando rodajas de aproximadamente 2 cm. de grosor, que iremos disponiendo sobre la misma placa donde horneamos antes. Volvemos a meterlas al horno hasta que estén doraditas y bien secas por las dos caras, unos 10 minutos aprox. en total. 

Cuando estén, las sacamos y las ponemos sobre una rejilla hasta que estén bien frías. ¡¡Y ya las tenemos listas para disfrutar!!

Podemos guardarlas en una lata hermética y con papel encerado, de este modo se conservarán divinamente más de una semana, si es que duran (que al "jefe" le tengo que esconder la lata...jajajaa).

¡¡Espero que os gusten!!

Bon profit!!