Ésta de hoy no es una receta tradicional de estas fechas, pero si de mi casa. Al comienzo, las preparaba sólo con cabello de ángel y otro ingrediente que veréis después y le va divinamente. Pero, poco a poco, fui integrando frutos secos y qué ricura, ahora sólo las queremos así. Y es que están de puro vicio, aunque ligeras, pues va a ser que no lo son, pero de vez en cuando vale la pena.
A estas empanadillas mi marido las llama de San Tirintín, porque duran un suspirín... Jajajaaa. Y es que es muy salado mi catalán, y realmente están tan ricas que vuelan y tengo que esconderlas, pues da fin con ellas. Aunque la verdad es que son muy pequeñitas, que las fotos engañan.
Y nada, vamos con ellas que son supersencillas y están deliciosas.