¡Hola amigos! Hoy os traigo el gazpacho tradicional, el que toda la vida se ha preparado en mi familia, desde las tatara-tatara abuelas y entre todas nuestras amistades sevillanas y que no contiene pepino, como ha de ser, pero si un puntito muy especial. De hecho, si a los ancianos les preguntan si el gazpacho lleva pepino, pondrán el grito en el cielo y mucho menos cebolla.
Creo que el pepino llego al gazpacho cuando lo hicieron las batidoras, pero tampoco podría asegurarlo tajantemente. Recuerdo que mi madre lo estuvo haciendo a mano, teniendo ya la turmix, porque le gustaba más como quedaba y la verdad a mi también.
Ella utilizaba un lebrillo de barro muy grande a modo mortero, con con el fondo rugoso, supongo que era para machacar mejor las verduras. Y lo hacía tan fino, que no era necesario colarlo, no se que se hizo de ese utensilio que me hubiese encantado conservarlo.
Y bueno vamos con este gazpacho al que desde hace un tiempo agrego unas hojitas de hierbabuena, tal como escuché que hacía un cocinero andaluz y me encanta. Aunque algunos puristas se puedan escandalizar, le da un toque divino!!!